La historia comenzó en 1870, cuando Pablo Ramonot llegó al puerto de Buenos Aires, proveniente de Francia. La fiebre amarilla lo empujó hacia Mendoza apenas inaugurado el ferrocarril, en 1885.
Un año después Ramonot se afincó en la pequeña villa de Barriales, en Junín. Primero se dedicó al trabajo en la viña, pero poco después inició una pequeña fábrica, bautizada con el nombre Böer, que producía carruajes y maquinaría agrícola.
En 1890 se casó con Eloísa Pairet y tuvieron siete hijos. Los que heredaron la inventiva de su padre fueron Alberto, que nació en 1896, y Enrique, nacido en 1904. Fueron ellos los que, años después, decidieron ubicar su propia fábrica en la villa de Palmira.
En un principio se dedicaron a la herrería y a montar generadores de energía eléctrica. Luego idearon un pequeño motor para ser colocados en las bicicletas. Esta idea fue un éxito y poco tiempo después lanzaron al mercado la primera motocicleta Ramonot. Varias empresas mendocinas compraron estos simples vehículos para utilizarlos en la distribución.<
Paralelamente los fabricantes tenían su propia flota y alquilaban estas por horas. El momento de máximo esplendor fue en 1937, en aquel entonces la fábrica tenía unos 100 empleados, entre operarios, administrativos y vendedores.
Según los datos recopilados, en 1946 el primer gobierno peronista estudió la posibilidad de impulsar la ampliación de la fábrica pero, finalmente, se inclinó por traer al país la licencia para la fabricación de los motores alemanes SACHS; ver TELEVEL.
Ese fue el fin de las Ramonot. Mario Ramonot tiene hoy 66 años y vive en Godoy Cruz. Es hijo de Enrique pero no alcanzó a conocer la fábrica.
Todavía dice con orgullo: “La Ramonot fue la única motocicleta diseñada y fabricada íntegramente en el país. Todo lo que vino después tiene alguna parte importada o se fabrica en Argentina con licencia internacional..."