A finales del siglo XIX, el sevillano Manuel Díaz de Terán se trasladó a la población extremeña de Zafra, provincia de Badajoz.
Alrededor de 1883 creó un pequeño establecimiento dedicándose a la venta de madera.
Dado que el negocio fue prospero, decidió montar una pequeña fundición de hierro y posteriormente comenzó la fabricación de maquinaria para distintos usos
En 1940, finalizada la guerra civil española (1936-1939) inició la fabricación de su primer motor, bajo el nombre de marca Diter, aunque no consiguió patentarlo hasta 1949, para ser utilizados como grupo electrógeno y en el campo agrario para sistema de riego