En 2010, el nombre de Saroléa resucitó cuando fue comprado por los hermanos gemelos, Torsten y Bjorn Robbens, que querían desarrollar y construir máquinas de carreras 100% eléctricas de alto rendimiento. Se estableció una nueva planta de producción en Bélgica, cerca de Gante.
Adquirir la marca Saroléa no fue en absoluto una coincidencia. Desde sus años más jóvenes, los hermanos gemelos estuvieron inmersos en el universo de las carreras de Saroléa, ya que su tío abuelo era André Van Heuverzwijn, el conocido y victorioso piloto oficial de motocross de la década de 1950.