El gas licuado de petróleo (GLP), (LPG o Liquefied Petroleum Gas) también conocido como Autogas, es un gas licuado del petróleo compuesto principalmente por una mezcla de gas propano y butano líquido, es actualmente y desde hace varios años, el combustible alternativo más utilizado en todo el mundo: en Europa ya circulaban en enero de 2020 más de 15 millones de vehículos con dicho combustible.
Son vehículos bifuel, es decir, combinan un depósito de gas con uno de diesel o de gasolina. En ambos casos su uso es muy similar; el coche funciona principalmente con gas y sólo cuando este combustible se agota, el vehículo recurre de manera automática al depósito de gasolina o diésel.
En un vehículo de GLP el combustible (líquido) se almacena en un depósito tórico (tipo de depósito que, por su forma, se ubica en el espacio reservado para la rueda de repuesto del coche) a presiones bajas.
Tiene más autonomía que un vehículo de combustible tradicional. En total, y por término general, un vehículo turismo con motor GLP puede recorrer hasta 400 kilómetros más. En general, el consumo aproximado es de 6 a 8 litros por cada 100 km.